Marruecos dice que es incapaz de acoger a todos los inmigrantes y niega el maltrato

Marruecos responde a las acusaciones de racismo y maltrato contra los inmigrantes lanzadas este lunes en la ONU por una decena de organizaciones de derechos humanos. Y lo hace desde la más alta de sus instituciones, el rey, y de manera contundente. «No hay uso sistemático de la violencia por parte de las fuerzas del orden. Por lo tanto, Marruecos niega categóricamente todas las alegaciones falaces que intentan atentar contra su reputación», dice un comunicado del palacio real hecho público el martes a través de la agencia oficial Map.
El rey Mohamed VI convocó ayer al núcleo duro del Gobierno y a alguno de sus consejeros en Casablanca para abordar el problema de la inmigración y pedirles que pongan en marcha una nueva política al respecto. Le escucharon entre otros alrededor de una mesa el primer ministro, el islamista Abdelilah Benkirán, y los ministros de Interior, Exteriores y Justicia.
El país magrebí no da cifras pero afirma que el número de inmigrantes subsaharianos se ha multiplicado por cuatro y los que están en «situación irregular» han crecido de manera «notable». Dice, además, que la «crisis económica mundial» ha dado lugar a «una nueva forma de inmigración procedente de países como España, Francia y otros países europeos». La conclusión es que «Marruecos no podrá acoger a todos los emigrantes que desean instalarse en su territorio», añade el comunicado.