Esto ocurrió en Belem Brasil. Un niño llamado Kelvin Santos fue declarado muerto en un hospital por neumonía, insuficiencia respiratoria y deshidratación. Al día siguiente fue entregado a sus padres quienes decidieron velarlo esa misma noche.
Durante el velorio, el niño se levanto de su ataúd y pidió agua. Dicho suceso dejo sorprendidos a todos los presentes. Los padres de inmediato llevaron al niño al hospital, pero al llegar, ya había muerto.
Los médicos no lograron explicar lo que había sucedido, y garantizaron que el niño no tenía signos vitales. Los padres decidieron esperar unos días para ver si el milagro volvía a suceder, pero no fue así, finalmente, el niño fue enterrado.
Los padres creen que hubo negligencia médica y han denunciado al hospital, hasta ahora no saben que fue lo que sucedió, muchos creen que se trató de un milagro.